Todos los conductores saben que el alumbrado del vehículo es un elemento clave. Gracias a las luces podemos ver por dónde vamos en condiciones de baja visibilidad y también pueden vernos los demás conductores. Es decir, que las luces pueden considerarse un sistema de seguridad activa; un sistema que puede evitar accidentes ya que sitúa nuestra posición en la vía.

Cada uno de los elementos que conforman el alumbrado de un vehículo tiene sus funciones, sus problemas y su mantenimiento. Los vehículos disponen de una serie de luces que sirven para cada ocasión concreta. Son obligatorias las luces de posición (delanteras y traseras), las de cruce (cortas), las de carretera (largas), las de marcha atrás, los intermitentes, la de la placa posterior de la matrícula, el antiniebla trasero y los catadióptricos traseros no triangulares.

La iluminación de nuestro vehículo tiene varios enemigos, problemas generales que aparecen en relación al uso y mantenimiento de las luces:

La baja calidad de la lámpara

Existen diversos tipos de bombillas, y éstas no son intercambiables ya que poseen zócalos y conexiones diferentes. Es importante que sepamos qué tipo de lámpara corresponde a nuestro vehículo (esta información se puede encontrar en el manual de usuario) y que compremos el modelo adecuado.

El mal reglaje de los faros

La mayoría de los conductores circula con las luces mal reguladas. Su reglaje se hace de forma sencilla, mediante unos tornillos de ajuste. Moviendo los tornillos de los faros se posiciona su centro focal exactamente en la marca que indica el fabricante. A veces, se hace imposible ajustar el faro, normalmente porque la bombilla está mal montada y no está bien asentada sobre su zócalo. En ese caso, comprueba que la lámpara está bien asentada y plana sobre el zócalo, y que el muelle que la presiona está bien fijado.

La pérdida de transparencia del cristal

Si los cristales de los faros están mates, rayados o amarillentos, tienes que pulirlos. Puedes hacerlo tú mismo, si tienes algo de paciencia y maña, o puedes encargárselo a un especialista.

La suciedad interior y exterior del faro

Limpiar el exterior del faro es algo sencillo, pero a veces es necesaria una limpieza también del interior. Para hacerlo, es necesario desmontar los faros. Luego, hay que limpiar la parte del cristal por dentro y por fuera. La diferencia de luz entre un faro limpio y uno sucio puede ser de hasta el 70%.

Las luces son un elemento fundamental durante la circulación, contar con un alumbrado adecuado y el vehículo en perfectas condiciones es imprescindible para la seguridad vial. Las luces son decisivas no sólo para ver y ser vistos, sino también en situaciones de emergencia, circulando por carreteras mal iluminadas o por túneles. Comprueba periódicamente el funcionamiento de todas las luces de tu vehículo y recuerda cambiarlas cada 50.000 kilómetros, o cada dos años, tiempo recomendado por los fabricantes, ya que en ese periodo de tiempo las luces pueden llegar a perder hasta un 20% de su rendimiento (los faros de xenón, habituales en los coches de hoy en día, tienen una vida útil igual a la propia vida del automóvil).