Conducción eficiente es una combinación de palabras que todos hemos oído últimamente pero ¿de qué se trata realmente? Según la DGT, es una forma de conducir que consiste en modificar algunos de nuestros hábitos antes y durante la conducción para ahorrar en combustible, conseguir un mayor confort y tranquilidad al volante y reducir la contaminación ambiental.

Aunque no lo parezca, cómo preparamos nuestro viaje y el buen mantenimiento del vehículo nos pueden ayudar a gastar menos en gasolina. Si planificamos bien el recorrido evitaremos dar vueltas por rutas no conocidas con el consiguiente exceso de kilómetros recorridos y consumo de combustible. También es importante cargar el vehículo únicamente con lo necesario, solamente llevar baca ya nos supone más gasto, y si la llevamos cargada se dispara el consumo de combustible.

El mantenimiento del vehículo es otro factor clave: un coche a punto consumirá menos. En especial debemos seguir siempre las instrucciones del fabricante y tener en cuenta la presión de los neumáticos y que los filtros de aire y aceite estén en perfecto estado.

Una vez en marcha, debemos tener en cuenta que según cómo y cuándo pisemos el acelerador o el freno nuestro consumo variará:

  • Durante el arranque. Arranca el coche sin pisar el acelerador. Usa la primera marcha sólo en el arranque, a los pocos segundos ya puedes cambiar a segunda.
  • Velocidad uniforme y frenado de motor. Evita acelerar rápidamente y mantén una velocidad lo más uniforme posible. El freno motor es una técnica con la que podemos reducir la velocidad gracias al motor del coche sin usar en ningún momento los frenos de las ruedas. Gracias a esta técnica conseguiremos reducir el consumo de combustible y, además, las pastillas y los discos de freno tendrán mayor duración.
  • ¿Cuándo usar el aire acondicionado? Lo más recomendable es utilizar siempre que sea posible la circulación de aire forzada del vehículo y, en entornos urbanos, abrir las ventanillas. En cuanto empezamos a incrementar la velocidad aumenta la resistencia del aire y entonces lo más eficiente es usar el aire acondicionado.
  • Motor inactivo. En paradas largas es mejor apagar el motor, ya que un motor en ralentí sigue consumiendo combustible.
  • Cambia de marcha a bajas revoluciones. Circula el máximo tiempo que puedas con marchas largas y a bajas revoluciones. Si tu coche no tiene contador de revoluciones usa la velocidad para guiarte: cada 10km/h hay que aumentar una marcha. Así pues, a 30km/h lo recomendable es ir en tercera, a 40 en cuarta y a partir de 60 en sexta, en caso de que nuestro coche la tenga.
  • Aprovecha el impulso de las bajadas. La inercia de las bajadas te permite cambiar de marcha a bajas revoluciones, en las subidas en cambio, retrasa al máximo la reducción de la marcha e incrementa la presión sobre el acelerador.

Una conducción eficiente contribuye a un aumento de la seguridad vial ya que conducir de manera tranquila y sosegada nos hace olvidar el estrés y las prisas que tantos errores nos hacen cometer. Ten en cuenta estos consejos en tu próximo trayecto y no sólo ahorrarás combustible si no que también ayudarás a paliar las consecuencias negativas de los excesos de emisiones.