¿Sabes cuándo y cómo utilizar las luces de tu vehículo? Las usas a diario, pero ¿lo haces de forma correcta? Su uso está regulado por una normativa específica y es importante utilizarlas correctamente, no sólo para iluminar la calzada si no también para ser vistos. Los faros del coche iluminan y sitúan al vehículo en la vía.

Cerca del 90% de la información que necesitamos para conducir nos llega a través de la visión. Una iluminación insuficiente puede afectar a nuestra conducción y, consecuentemente, a la seguridad tanto nuestra como del resto de conductores de la vía. Las luces son un indicador importante, un sistema de seguridad en sí mismo, y se recomienda revisarlas al menos una vez al mes.

Las condiciones de visibilidad son las que marcarán el uso del alumbrado.

Luces de cruce o luces cortas
Deben encenderse en situaciones de poca visibilidad, si ha oscurecido, si hace mal tiempo o si entramos en un túnel.

Luces de carretera o luces largas
La Dirección General de Tráfico indica que las luces de carretera se deben utilizar cuando circulamos a más de 40 km/h fuera de poblado entre la puesta y la salida del sol y en vías insuficientemente iluminadas. No deben utilizarse si deslumbran a otros usuarios, tanto de frente como por los retrovisores.

Luces antiniebla
Las antiniebla deben encenderse en situaciones de poca visibilidad, con precipitaciones intensas, niebla o nubes de polvo o humo.

Luces de posición
Estas luces se utilizan para indicar la posición y anchura del vehículo en caso de tener que inmovilizarlo en el arcén o la calzada.

Luces de circulación diurna
Este sistema de alumbrado ya viene incorporado de fábrica en la mayoría de los vehículos y se enciende automáticamente cuando se pone en marcha el automóvil. Favorecen la visibilidad y el ser vistos y reducen los tiempos de reacción de los otros conductores.

Otras luces fundamentales son los intermitentes, las luces de marcha atrás y las de freno. Su uso es fundamental para advertir de forma segura de nuestras intenciones al resto de conductores.

Garantizar una correcta visibilidad de la calzada es fundamental. Y recuerda, al volante, tan importante es ver como ser visto.